iorgia Angiuli tiene un pato de peluche amarillo con los lentes oscuros del emoji clásico. Se llama Pablo porque, aunque seguramente fue fabricado en China, lo compró en Sudamerica, y si logran repararlo la va a acompañar en el escenario de Time Warp Chile en pocos minutos más.
Giorgia Angiuli colecciona juguetes ingeniosos como Pablo, cuyo talento consiste en reaccionar y bailar al ritmo de la música. Es uno de los elementos que hacen único su show, pero también implica acarrear más maletas de equipo; el que además incluye teclados, baterías electrónicas, melódicas, controladores y otros instrumentos que ella toca en vivo. “Es una lata cuando quieren registrarme en el aeropuerto y encuentran todas estas cosas. Piensan que soy una pequeña terrorista”, se ríe.
Énfasis en pequeña, pero en la acepción sinónima de joven. En un traje como de Alita u otro animé se ve como alguien con la presencia necesaria para llenar un escenario, pero también como alguien que fue niña hace no mucho. Georgia dice que no es tan joven y que está un poco cansada después de un mes girando por toda Sudamérica, acarreando todo ese equipo. Un mes es bastante tiempo fuera de casa, aunque hagas lo que amas, aunque estés donde quieres.
“Soy una tremenda fan de Sudamérica, es mi lugar favorito. Su gente es tan amable, siempre andan con esas grandes sonrisas”.
-¿Tienes un país favorito?
“¡No me hagas elegir! Amo toda Sudamérica, parece que ellos también me aman.
Esta multitud siente la música de una manera muy especial. Es como si fueran a las fiestas por la música. Son muy dulces, me escriben cartas y mensajes; incluso me han pedido selfies en la calle en Brasil y Argentina, pero nunca de una manera invasiva”.
Hace casi exactamente un año Giorgia había estado tocando en el anfiteatro Pablo Neruda. Fue una noche de luna llena como la de ayer (viernes 5 de mayo) y eso es significativo para ella, que es fanática de los rituales y también de Pablo Neruda. “Cada vez que vengo y comparto poemas de Neruda en mi Instagram, mis seguidores hacen referencias a episodios de su vida que no lo dejan bien, pero yo trato de separar la poesía del poeta”.
Los públicos de Berghain (Berlín), Hive (Zurich), Artel Bessonnica (Moscú), Rex Club (París), entre muchos otros festivales y clubes, se habrían perdido la puesta en escena, los vocals en vivo y la energía de Giorgia si ella hubiese continuado en la música clásica, como era el plan original. “Luego pasé al metal, después electrónica, ahora más techno y no sé qué será en el futuro. Amo toda la música, para mí es algo que no tiene límites. Me quiero mantener curiosa todo el tiempo que pueda”.
- ¿Qué piensas cuando djs destacadas declaran que visten poleras oversize por temor a que alguien pueda decir que están en el escenario por cómo lucen?
“Creo que solo podremos lograr igualdad si ignoramos esos malos comentarios. Hay que ser fiel a uno mismo. Lo más importante es sentirte cómodo contigo mismo, nunca pensar demasiado en las opiniones de otros. El juicio es algo que mantiene nuestras vibraciones bajas. Si alguien me juzga, lo siento por ellos. Pueden decir ‘oh, ella toca con juguetes. Está loca. ¿Por qué hace eso?, ¿Por qué se viste así? Lo he escuchado y no me importa. Después de muchos años he empezado a sentirme completamente cómoda y de verdad ya no me importa. Debemos aceptar que no le gustaremos a todos”.
"¡Pablo está vivo!", entra diciendo la manager de Giorgia. Finalmente, la avería del pato era simplemente un asunto de baterías. Le pusieron unas nuevas y ahora baila sin problemas. Está listo para subir al escenario de Time Warp Chile. Giorgia también.