“Me lo puse yo misma”, responde Indira Paganotto cuando le preguntan por el apodo con que se refiere a sí misma en sus rrss. Tiene todo el derecho a proclamarse la PSYMAMA porque durante 12 de sus 31 años viene haciendo música y liderando el movimiento psytrance. “Aunque al principio nadie me hacía caso. Decían ‘mira la loca esta’. Ahora ya es un movimiento, se ve la gente joven haciendo y siguiendo el mismo sonido. Ahora tiene sentido, soy como la mami del psytrance”.
Así como habemos quienes tenemos dificultades para distinguir entre reggaeton, trap y otros géneros urbanos, seguramente al público que no es habitual de la electrónica le sorprenda saber que no solo existen innumerables subgéneros, sino que además, muchas veces los cultores y fans de unos miran con desdén a los de otros. Si eso ocurrió en algún momento con el sonido surgido en la región india de Goa a principios de los 80, conocido entonces como Goa Trance, devenido en Psytrance y caracterizado por ritmos rápidos (sobre los 140 bpm) y atmósferas psicodélicas y espaciales, es cosa del pasado. Hoy (viernes 13 de octubre) hay miles de personas esperando a la PSYMAMA en el stage Generator de DGTL, como han habido antes miles de personas con ganas de escucharla en Tomorrowland, Awakenings, Exit y los festivales más importantes del globo. Con todo el amor del mundo, la PSYMAMA llama a esas multitudes sus PSYWARRIORS.
“¡Ay, que bueno!”, dice Indira Paganotto al saber que su nombre está entre los que más se repiten cuando las comunidades del techno demandan la venida de artistas a Chile. “Creo que esta noche va a ser una locura. La gente chilena, como en Brasil como en Colombia, son como muy calientes, como en Canarias. Somos como muy cercanos”.
Los chilenos y los canarios somos tan cercanos que muchos confunden los acentos en España; incluso en el uso del “como” nuestras formas de hablar se parecen. “Sí, ¿verdad? Llegué y dije parece que estoy en mi casa, ¿Se dio la vuelta el avión?, ¿Qué pasó? Me encanta. Creo que tenemos una cercanía muy grande, por alguna razón; ya sea el acento, el modo abierto, alegre, siempre sonriendo, haciendo el bien. Somos gente de sangre caliente y buenas vibras”.
Es la primera visita de Indira a Chile. En cambio, en Argentina se ha presentado dos veces. Allá sus fans y varios medios estallaron de orgullo cuando la dj puso la voz de Mercedes Sosa sobre una de sus bases en la versión belga de Tomorrowland, a fines de julio pasado. Nosotros podríamos sentir algo parecido porque la canción interpretada era “Gracias a la vida”, de Violeta Parra. Se ha hecho antes, es cierto, pero viniendo de ella se percibe un gesto auténtico, resultado del eclecticismo en sus gustos musicales y una especie de ADN global: “Escucho mucha música tradicional. Escucho flamenco, salsa, reggaeton, trap, música clásica. Digo que toda la música, si está hecha bien y con alma, es buena para el body y para la mente”.
Todas esas influencias pueden potencialmente matizar la mezcla entre psytrance y techno que la hecho conocida, que la ha conectado con otras grandes mujeres de la electrónica actual, como Charlotte de Witte (quien la incluye frecuentemente en su festival y sello KNTXT) y Nina Kravitz (con quien colaboró en un single llamado “White Horse”). “Es la base. El psytrance tiene siempre esos bajos groovies que te hacen bailar y sentir. Luego arriba le pongo movidas más tradicionales. De hecho ahora estoy investigando con heavy metal, poniendo esas guitarras. Estoy siempre investigando, hay que evolucionar”.
Quizás haya quienes vuelvan a decir ‘mira la loca esta’, pero lo más probable es que mueva la aguja de las tendencias nuevamente y el resultado haga que aumenten los PSYWARRIORS alrededor del mundo.
